Nadal vence a Nishikori en la final del Godó e iguala el registro histórico de Guillermo Vilas sobre tierra
Tras ganar la semana pasada en Montecarlo, el de Manacor se impone al japonés (6-4 y 7-5), eleva su noveno título en Barcelona y logra su 49º trofeo de tenis en arena, la misma cifra que logró el argentino
El noveno Trofeo Godó se le resistió a Rafael Nadal. A sus 29 años, el manacorense se está levantando de una de sus peores crisis y parece, por fin, haber recuperado definitivamente su mejor nivel de juego. Su victoria en Montecarlo la semana pasada fue el mejor aviso de que su mentalidad estaba cerrando las heridas. Y en la final del Open Banc Sabadell de Barcelona pudo constatar que vuelve a estar entre los grandes. Kei Nishikori, número seis del mundo, le forzó hasta buscar sus límites. Y la respuesta del mallorquín no dejó lugar a dudas. Nadal ha vuelto. La solidez de su juego le permitió superar al japonés por 6-4, 7-5, después de dos horas y cuatro minutos. Y Nadal no solo levantó el trofeo que le acredita como campeón de Barcelona por novena vez —igual que en Roland Garros y en Montecarlo—, sino que igualó el record de títulos en tierra batida que mantenía en solitario el argentino Guillermo Vilas con 49.
La final puso a prueba la solidez de Nadal. Campeón los dos últimos años, Nishikori prosiguió con su juego metódico y ordenado, buscando las líneas en cada uno de sus golpes, dando profundidad a sus bolas y rompiendo el ritmo con algunas dejadas que arrancaron el aplauso de una central llena a rebosar, con 8.000 espectadores. Sin embargo, esta vez estaba claro que la dificultad iba a ser muy superior. Sus dos primeros títulos le llegaron con victorias sobre el colombiano Santiago Giraldo y frente al español Pablo Andújar. Nunca había afrontado a un jugador del calibre de Nadal, quinto jugador mundial.
“Sabía que para ganarle debería jugar a un muy buen nivel”, confesó Nadal; “es incómodo, acorta la pista, parece que tienes el punto bajo control y de golpe te encuentras defendiéndolo”. Le ocurrió muchas veces. Tuvo que salvar ya en el tercer juego un 15-40 y más adelante, ya con 3-3, superó un 0-40 con su saque para salvar el juego y poder romper el servicio de Nishikori en su primera bola de set. Era un partido con errores —34 del japonés, por 18 del español—, pero jugado al límite por los dos contendientes —21 golpes ganadores de Nadal y 29 de su rival—. Y la tónica no cambió en la segunda manga, que comenzó con dos roturas consecutivas y con Nadal logrando un nuevo break que le permitió situarse con 4-1. Entonces, todo parecía decidido. Pero la igualdad en el marcador se produjo en el séptimo juego. Nadal perdió el saque y la final vivió sus momentos más dramáticos y también más brillantes.
Fuente: elpais.com
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